Suena perfecto a abismo infinito,
a eterno vuelo.
Sin pies, sin alas.
Sólo a abismo.
Suena perfecto a viento feroz,
a frío seco.
Sin techos, sin sombreros.
Sólo a viento.
Suena perfecto a vino tinto,
a intenso deleite.
Sin copas, sin velas.
Sólo a vino.
Suena perfecto a tiempo muerto,
a espera infructuosa.
Sin ecos, sin silencios.
Sólo a tiempo.
Suena perfecto a campana aguda,
a hora puntual.
Sin golpes, sin bamboleos.
Sólo a campana.
Suena perfecto a religión fecunda,
a salmo prodigioso.
Sin pecados, sin confesión.
Sólo a religión.
Suena perfecto a océano sereno,
a espuma blanca.
Sin altamar, sin pleamar.
Sólo a océano.
Suena perfecto a letra contínua,
a tinteros agotados.
Sin preguntas, sin respuestas.
Sólo a letra.
Suena perfecto a mate amargo,
a galletas de queso.
Sin sillas, sin termos.
Sólo a mate.
Suena perfecto a negro intenso,
a oscuridad brillante.
Sin rojos, sin azules.
Sólo a negro.
Suena perfecto a mente ingeniosa,
a inteligencia sustancial.
Sin sumas, sin restas.
Sólo a mente.
Suena perfecto a susurro angelical,
a voz hipnótica.
Sin miedos, sin demoras.
Sólo a susurros.
Todo suena perfecto.
A abismos, a vientos,
a vinos, a tiempos,
a campanas, a océanos,
a religiones, a negros,
a mates, a letras,
a mentes, a susurros.
Todo suena perfecto
Como antes de nacer.
Como después de conocerte.
Como antes de morir.
Como después de conocerte.
Es así, Ojitos. Con vos acá todo suena perfecto
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario