lunes, 7 de diciembre de 2009

Una golosina por un beso 16 semanas después

Una golosina no puede faltar
en la semana de la dulzura.
Intentaré amainar con bravura,
con estas líneas, con estos versos,
tus momentos más adversos
y que renazca tu locura.


Con ciertos aires de incógnita
una carta en tu buzón han dejado.
Saber quien soy no será complicado,
sorprender está en mi naturaleza.
Busco desperezar tu belleza,
la Blancanieves que han acorralado.


Dos hermanas Mamá me dio
y repetir era una felonía;
Dártela en mano yo quería,
los intentos ni al blanco acertaron
Sólo una opción me dejaron
aunque parezca una sosería.


No me detendré con las rimas,
pues ocupan todos los rincones;
cariño agitan a borbotones
dispuestas a arrancarte una sonrisa;
“una locura” sentenciarás de prisa,
"La depresión no se toma vacaciones."


Igualita, como el ave Fénix,
estás resurgiendo de las cenizas,
malherida, hecha trizas,
caíste abajo como ninguna;
quedaste sola mirando la Luna,
sin saber adonde pisas.


Todos sufrimos del corazón
y regamos la tierra con llanto,
más no conozco ningún canto
que de la esperanza no haya nacido.
Muy bien lo sabes, tu has podido
sobrevivir al viento del espanto.


En estás líneas yo deseo
romper en pedacitos tu tristeza,
revelar que tu alegría y tu belleza
siguen intactas en algún lado
a cubierta del ladino viento helado
que las puso en jaque con destreza


Quiero derribar tus barricadas,
rellenar las trincheras cavadas,
liberar la conexión que tenemos,
salvaguardarte de lo que daño te hizo.
Volver a improvisar aquel hechizo
que un día nos conjuró sin quererlo


La magia se fugó de una galera
y en nuestra mesa cayó esa noche;
fue tan natural, no hubo un reproche.
¡En absoluto, todo lo contrario!
destrozó la estadía en solitario
de tu angustia acostumbrada al derroche


Los miedos te juegan sucio.
saben que están por perecer;
un sueño va a renacer
si te dejas llevar por tus huesos.
Muere sólo en aquellos besos
que te hacen estremecer.


De temer y sufrir estás harta,
tus ojos buscan una salida;
mis manos sanarán tus heridas,
te cubrirán de caricias y abrazos,
uniré con besos los pedazos
y regresarás a la vida


Los mejores versos quería,
escribir lo que mi corazón gritaba,
la mejor frase necesitaba,
pero no lograba un pulcro acomodo;
no hubo forma, no hubo modo,
de razonar el sentimiento que escapaba.


Especulé con términos y rimas,
mi mente fue botín de incoherencias,
acabé prisionero de las consecuencias
Con que las frases golpean mi genio;
debí poner considerable ingenio
para renovar mi paciencia


Cuando mi alma fue auténtica,
cuando fue libre y se dejó llevar,
sólo en ese instante pudo clamar
palabras que dijo contenta.
Las escribió sin darse cuenta,
sin arrepentirse… sin pensar


Un lugar del papel conquistaron
y al final de este verso quedaron.
Te lo aseguro, con ellas no difiero,
jamás tendrán un sabor rancio.
Mi boca las repetiría hasta el cansancio:
“Chiquita… Ojitos… TE QUIERO”

Y mucho.